Se desarrolló la ceremonia eucarística en memoria del Monseñor Ramón Darío Molina Jaramillo, obispo emérito de la Diócesis de Neiva. Fue pastor de los 15 municipios del norte del Huila entre 2001 y 2012, pero se retiró al cumplir 75 años de edad. Nació el 31 de agosto de 1935 y murió por un accidente casero en la casa de retiro de frailes menores en el municipio de Envigado (Antioquia) el 14 de octubre de 2018.

Redacción
Una exaltación especial por su ejemplar labor eclesiástica, y por los valiosos servicios en favor de la Iglesia Católica y de la colectividad en general, entregó el gobernador del Huila y presidente de la Federación Nacional de Departamentos, Carlos Julio González Villa, a la familia del fallecido Obispo Emérito de Neiva, monseñor Ramón Darío Molina Jaramillo.
El homenaje póstumo fue ofrecido durante la ceremonia litúrgica que se ofició en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Neiva a través del Decreto 0414 de 2018, firmado por el gobernador González Villa, quien asistió a la ceremonia religiosa.
El Decreto deploró, además, la muerte del prelado, quien ejerció como Obispo de Neiva entre enero de 2001 y febrero de 2012, y expresó condolencias a la familia, allegados y comunidad católica.

El Decreto
El Decreto de exaltación refiere que “desde su llegada a esta tierra que lo acogió con inmenso respeto y afecto, el 19 de enero de 2001, hasta su retiro voluntario el 4 de febrero de 2012, Monseñor Ramón Darío Molina Jaramillo consolidó grandes obras sociales y educativas, siendo gestor del Seminario Mayor de San Esteban del municipio de Rivera; el Banco Diocesano de Alimentos; la activación de 23 nuevas Parroquias, y fundó las bases del Monasterio de La Porciúncula de las Hermanas de Santa Clara en la ciudad de Neiva, entre otras”.
Además, “que las acciones que el señor Obispo Emérito de Neiva, Monseñor Ramón Darío Molina Jaramillo cumplió en favor de la Iglesia, las comunidades, los distintos estamentos públicos y privados, así como los gestos de amistad, su riguroso carácter, la pulcritud del ministerio ejercido con ejemplar devoción, compromiso y consagración, dejan una huella indisoluble en esta Tierra de Promisión y en el corazón de los huilenses”.