Por Enrique Dussán Cabrera Cuando estaba muy pequeño y vivíamos en Palermo, Huila, quería asistir por vez primera a la misa de gallo que era a las 11 de la noche, para ver nacer el Niño Dios en aquel pesebre grandísimo que estaba junto al altar. Sentía que era muy emocionante. En ese entonces no había televisión en la casa ni en muchos hogares y por tanto llegar hasta esa alta hora de la noche no era fácil para cualquier niño. Así que le pedí a Ángel, unos de mis hermanos mayores que me permitiera acompañarlo hasta aquella hora. Él me llevó hacia una casa de una familia conocida, donde vivía Luz, gran amiga de él, quien se dedicó a conversar con mi hermano y yo sencillamente los veía mientras cabeceaba y, por tanto llegar a las 9 de la noche fue dispendioso y peor a las 9:30. Me dijeron que me bañara la cara que para que el sueño se fuera. Lo hice, pero al instante volvió; me dieron un algo y seguía con párpados cerrándose. Decidieron que me acostara y que a las 10:30 me llamarían para salir a esa hora a la misa, como efectivamente sucedió. Caminamos hacia la iglesia y todos escuchamos el repique de las campanas. Era el segundo, de tres que siempre se daban. Al llegar ya había buena cantidad de fieles, así que buscamos una banca donde cupiéramos los tres. Esperamos el tercer toque de las campanas de la gran torre que las contenía y al sonar nos pusimos de pie a la par que el armonio, tocado magistralmente por el consagrado cantor de la iglesia, sonaba maravillosamente con un villancico que alegró y llenó, aún más, el corazón de todos, con el espíritu navideño, así que, junto al sacerdote, nos santiguamos y pronto llegó la primera lectura por lo que nos sentamos y allí la emoción intensa de mi primera misa de gallo fue vencida por el sueño de infante. Quedé tan dormido que no vi el nacimiento del Niño Dios; sin embargo aquel sentimiento y motivación no se ha perdido y aún pretendo verlo en el corazón de todos.- Un gran abrazo anhelando que efectivamente el Niño Dios nazca en cada corazón. Que este día sea una gran Navidad.