Alvaro Ladino Paque
Sí, eso somos, una sociedad que disfraza una falsa caridad y participa desde el morbo, manipulación y falta de cultura, en cualesquier escándalo sexual mediático, generalmente utilizados por quienes manejan la cobertura de la información, como cortinas de humo ante temas de real trascendencia nacional. Nuestra opinión colectiva no pasa de la foto del exdefensor, de la conversación caliente del exviceministro, de los memes por los niños en la Guajira, de la voluntad de donar a la Teletón. Ejemplos hay muchos, estos son algunos recién sacados del horno, en el acontecer del país.
Los niños de La Guajira que han muerto a razones asociadas a la desnutrición, y que hoy por hoy, los casos se extienden a otros departamentos de la región caribe, nos exaspera, porque pareciéramos calificar como unos verdaderos indignados. Tenemos razón de exigir al gobierno que tome medidas urgentes, que ningún niño debe morir por este motivo ni ninguno en Colombia, aunque simplemente nos quedamos compartiendo imágenes en las redes sociales, que muchas veces producen lástima y amarillismo. Me pregunto si es que creemos que Juan Manuel Santos o la Directora del ICBF se sientan frente a su computador a leer cada uno de los memes y comentarios rezagados de generar un real impacto hacia una inconformidad generalizada y mayoritaria. Qué estupidez la nuestra. Si queremos que esto cambie, hay que ir más allá, marchar en las calles, realizar control social efectivo, sin embargo, la realidad es otra: no salimos de la comodidad de facebook.
Ahora, me pregunto cuál es el mayor interés para nosotros de conocer en detalle, si el entonces Defensor del Pueblo, le mostró el pene a su asistente, o el cómo se morbosearon con la mirada, Capitán de la Policía y Viceministro del Interior la primera vez que se vieron. Caemos en la maniobra de los medios, en el afán del marketing, de lo que vende y que por lo tanto da rating. Por supuesto que hay graves denuncias de fondo a las que hay que ir al punto, en cuanto a indebidas influencias originadas a raíz del cargo que estas personalidades ostentaron, incidiendo en hechos de subordinación laboral, abuso de poder y falta de ética profesional, más aún si ocurre en funcionarios públicos como ellos. No obstante, eso no le da el derecho a nadie de violentar vidas privadas; para todo existe un límite.
Abro un paréntesis para resaltar que Carlos Ferro cuando fue senador conservador nunca apoyó los derechos de las y los homosexuales. Igualmente el conservador opita Hernán Andrade (quien actualmente sigue atornillándose en el Congreso), calló frente a las denuncias sobre la Comunidad del Anillo, que conocía en su momento, pero sí no escatimó en hacer campaña proselitista en contra de las parejas del mismo sexo y la adopción igualitaria. Hago énfasis en el partido político de estos dos señores, porque paradójicamente, se caracteriza en oponerse a lo que según creen, represente toda afrenta al modelo de familia bíblica nuclear. Hoy constatamos que por debajo de la mesa, son tan normales y pecadores como el resto del mundo. Vaya Godarria. Esa es la doble moral que hay que revelar, en lugar de ser copartícipes de esta.
Bueno, ¿y por qué no donar a la Teletón si se ve como una noble forma de ayudar a otros? Como dicen por ahí, nada tan bueno es realmente gratis, ni hay puntada sin dedal. La maratón que busca recoger fondos para personas en situación de discapacidad, exime de impuestos a los canales privados, a multinacionales y grandes empresas que tienen la obligación de patrocinar causas como esta, pero que ven el oportunismo, el pantallazo de figurar en televisión, una propaganda más donde dicen que se acuerdan de los más necesitados. Quien quiera dar algo, bien lo dice el versículo, “que no sepa tu mano izquierda, lo que hace tu derecha”. ¿Usted huilense se ha preguntado si alguna de las obras benéficas de la Teletón se ha ejecutado en nuestro departamento? Si no conoce la respuesta, se las digo: es NO. Por lo tanto se encuentra en la libertad de ofrendar a esta opción, o dar directamente a las fundaciones y demás tipos de ONG´s locales, las que conoce de cerca y con certeza sabedónde y cómo se invierten los recursos. Casi siempre estas organizaciones se han levantado con muchísimos esfuerzos anónimos, donde Caracol y RCN nunca las han tenido ni tendrán en cuenta, ¿o por qué no rotan las instituciones que dicen colaborar? Igual pasa con FIDES, en la cual para aspirar a ser persona beneficiaria, este organismo es muy selectivo y antepone mil barreras, que termina irónicamente siendo tan excluyente y discriminatorio, contradiciendo lo que en su objetivo expresan combatir.
La verdad, no soy tan optimista en que haya una transformación cultural, entre otras cosas, porque no solo somos de doble moral, sino de poca crítica independiente de la intención de la prensa. Un pueblo de memoria corta, de pronto olvidar y de acciones no tomar.