Estoy en México

Estoy en México

Edwin TAMAYO PEÑA
Bastara decir que me titulan como ser humano: Edwin Tamayo Peña. Que nací un día cualesquiera de un calendario en la década de los noventa, a los diez días de un año nuevo, para eso de 1997. Hijo de humildes campesinos acentuados en la eterna ciudad luz del Huila, Íquira, y rodeado por un entorno enriquecedor en donde el conocimiento que se adquiere es inmensurable, por ende muy variado. En la infancia existieron grandes devenires, no existían las mal llamadas riquezas económicas que todos retóricamente hablan. Existió una riqueza distinta, real, no utópica. La riqueza familiar, emocional, sentimental. Lo poco que tenía no era demasiado pero era suficiente para crecer con un talento humano único. Así pasaron lo desgastadores años uno tras de otro, llegue a lugares donde el entorno no salía de jóvenes esclavizados con un único y simple objetivo, el famoso estudio, me encontraba allí frente al regocijo de la incertidumbre y la soledad, pero esto fue cambiando con cada salto de segundo mientras absorbía conocimiento hoy por hoy me encuentro en la tierra del maíz, el chile y el tequila, México.
Unos días atrás, en las tierras esplendidas colombianas, lugares que llevan el sabor del campesino, berraco, humilde y emprendedor, ahí mismo en donde el café es el sabor de las mañanas y los saludos fraternales de la muchedumbre alegran y motivan el viento de cada día. Cara a cara en un micrófono rústico y con un trivial corto que hacia vaivén en mi embarazosa voz, transmitía el convenio nacional del Sena con Aiesec, una gran información se trasmitía allí retumbando el eco del centro de los aprendices radioescuchas y fijando a los líderes ante un gran desafío, del Centro de formación agroindustrial la Angostura. Este programa se orientaba para edades que oscilaban entre los 18 y 30 años, con perfiles de: Mercadeo, Ventas, Administración o Diseño Gráfico, un reto grande y tentador, se hacía visible en aquella mañana de formación académica, la oportunidad de conocer un país como México y Perú, nos llevaron a inscribirnos en dicho proceso a demostrar todo el conocimiento adquirido. Los días llegaron y el conocimiento fue puesto a prueba, cada centro debía postular 2 aprendices para la gran convocatoria nacional, en este proceso no solo se buscaron capacidades intelectuales, si no también calidad humana, todo lo inculcado por nuestra institución saber hacer, saber saber y saber ser. Los diferentes filtros mostraron los postulados de cada centro. Allí mi nombre acompañado de Huila (Mi gran departamento Bambuquero), mostraba cada vez más cerca la experiencia que comenzaría a vivir. Solo restaba la aceptación por la empresa mexicana, las últimas entrevistas salieron a flote y confirmaron la aprobación para dicho convenio internacional. La felicidad fue inmensurable y los procesos legales se desarrollaron con una correcta ejecución.
Hoy me encuentro, aquí en la tierra Vicente Fernández, Roberto Gómez Bolaños, Mario Moreno Reyes, cumpliendo mis sueños y mostrando paz, responsabilidad y emprendimiento, en la representación de mi hermoso país COLOMBIA.
Recuerdo que llegue la madrugada del 8 de julio, me sentía como en casa, el clima cobijaba mi cuerpo y la gente tenía una particularidad solidaria y emprendedora que generaba un regocijo de paz y tranquilidad, me hospede en la casa de una familia de abogados, un remanso de familiaridad que motivaba a afrontar el reto que iniciaba. Los tres primeros días pasaron y ya estaba laborando en la empresa Mexicana DentShine como se había estipulado en días anteriores rigurosamente, desde ese día hasta le fecha que transcurre sigo laborando, demostrando las diferentes habilidades que tengo, creciendo como persona y demostrándole al mundo que la educación impartida por el Sena, es de calidad y de carácter mundial. Es la mejor experiencia vivida hasta el momento, el Sena me ha brindado grandes experiencias y está es la mayor de todas, cada día el crecimiento del sujeto es increíble y como profesional maravilloso. México es un país maravilloso, su gastronomía lo lleva aprobar de todo un poco (Tacos, sopes, pozole, esquites, tamales) y un sinfín de cosas que te hacen adentrarte más en la cultura e historia de este país. Una oportunidad que no me cansaré de agradecérsela al SENA, este es el camino que se construye al andar y que mejor que de la mano de la entidad más querida por los Colombianos ¡Gracias SENA! ¡Gracias, Centro de Formación Agroindustrial La Angostura!