Durante la semana de receso escolar, los accidentes domésticos que involucran a menores de edad tienden a incrementarse. Así lo advirtió Ángela María Peñaranda Saavedra, profesora del Programa de Terapia Ocupacional de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, quien alertó sobre la necesidad de reforzar la supervisión en el hogar durante estos días.
“Es muy probable que los accidentes domésticos aumenten durante la semana de receso escolar. En este periodo los niños tienen más tiempo libre y los adultos siguen en sus actividades rutinarias, lo que impide que estén pendientes de sus acciones”, señaló la especialista en desarrollo infantil y procesos de aprendizaje.
De acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y del Ministerio de Salud, la mayoría de los accidentes en menores de diez años se produce dentro del hogar, especialmente cuando los adultos trabajan o realizan labores domésticas.
Las caídas desde camas, escaleras o balcones encabezan la lista de incidentes más frecuentes. Les siguen las quemaduras por líquidos calientes o electrodomésticos, las intoxicaciones por medicamentos o productos de limpieza, los atragantamientos con alimentos o juguetes pequeños y las descargas eléctricas por manipulación de enchufes o cables.
Peñaranda insistió en que la supervisión constante y la organización de actividades seguras son las principales estrategias para evitar emergencias. “Es fundamental mantener fuera del alcance de los niños productos de limpieza, medicamentos y objetos cortopunzantes, además de instalar protectores en enchufes y barandas en balcones”, recomendó la terapeuta ocupacional.
Para los padres que deben trabajar durante la semana de receso, la experta sugiere dejar a los menores al cuidado de un adulto responsable, establecer reglas claras de seguridad, habilitar espacios seguros de juego y mantener comunicación frecuente mediante llamadas o videollamadas. También recomienda promover actividades estructuradas como lectura, talleres o deportes en espacios recreativos seguros.
“La prevención es la mejor herramienta. Los niños son curiosos por naturaleza y esa curiosidad debe acompañarse de entornos seguros y de adultos atentos a su bienestar”, concluyó la profesora.