El próximo martes 17 de abril se conmemoran cuatro años de la muerte del Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Para recordarlo, el canal público Señal Colombia le dedicará toda la semana su franja de documentales de las 8:00 pm. El gran estreno será el divertido documental unitario Cuando Colombia se volvió Macondo, que se emitirá el martes 17 y que muestra a aquellos artistas que hicieron parte de la muestra cultural de Colombia en Estocolmo para la fiesta del Nobel.
El documental gira en torno a los preparativos del viaje a Estocolmo de una numerosa comitiva artística que acompañó el banquete ofrecido en honor del Nobel, cuya presentación capturó los titulares de los medios internacionales “Los amigos de Gabriel García Márquez nos enseñaron cómo se celebra un Nobel” fue uno de ellos, mientras en el país los “expertos en protocolo” se rasgaban las vestiduras.
El periodista Juan Gossaín, La Negra Grande de Colombia, el músico Carlos Rojas y decenas de artistas cuentan en este documental cómo fue la experiencia del viaje y cómo cambió sus vidas luego de su presentación esa noche de diciembre de 1982.
Por otro lado, los entonces detractores de la idea, entre ellos Margot Ricci, recuerdan las anécdotas que provocaron sus comentarios. Incluso se retoman las opiniones de Roberto Posada – D’Artagnan, quien inicialmente catalogó la presentación de artistas de región como “Un acto de lesa lobería”, pero que luego se retractó con un artículo titulado “Fue un acierto”, como se puede apreciar en los textos que comparte su viuda Lorenza Panero.
El hilo conductor de este documental unitario de 90 minutos lo llevan Gloria Triana, en ese entonces directora de la Oficina de Festivales y Folclor de Colcultura, y Totó La Momposina, una de las artistas integrantes de la comitiva. Ellas hacen un recorrido por los municipios de Mompox y Talaigua, en busca de los recuerdos, y por Estocolmo, en medio de la añoranza.
Jorge Alí Triana, de la casa productora Dramax, recuerda así lo ocurrido: “En una ceremonia tan protocolaria y tan solemne, el haber roto todo eso, con la potencia musical, multiétnica, multicultural y multirregional de este país fue un acontecimiento no solamente para los asistentes sino también para los artistas, quienes comprendieron la dimensión internacional de su música. Lo bello del documental es que es una afirmación de la multiculturalidad y la riqueza cultural de Colombia”.
Para hablar de esta coproducción de Señal Colombia, Dramax y Bright Pictures, así como del evento que lo inspiró, un acto de valor y de afirmación cultural que vistió de gala la cultura popular colombiana, habla su director, Álvaro Perea.
¿De dónde nace la idea de realizar este documental?
Gloria Triana, una de las personas que organizó esta celebración, siempre tuvo en su cabeza contar esa historia, así que hace unos años empezamos a escribir el proyecto, basados en sus narraciones y enfocados en lo que fue el encuentro de dos culturas.
¿Cómo define el documental?
Es la reconstrucción de ese viaje histórico, pero también es un viaje contemporáneo alrededor de Colombia y a través de la vida de los artistas y su momento actual. La mayoría de ellos ya eran grandes artistas en el país y luego del viaje adquirieron una proyección internacional importante. Hoy todos son grandes figuras del folclor o de la investigación cultural.
Cuenta además con dos grandes: Totó La Momposina y Leonor González Mina…
Sí, Leonor ya era una figura consolidada y su hijo Candelario, que la acompañó en esa aventura, después se volvió el percusionista de Eros Ramazzotti y tuvo un desarrollo muy importante en toda Europa. De Totó tengo una anécdota. Cuando estábamos en Suecia grabando el documental, íbamos en un carro y en la emisora que estaba sonando empezó a escucharse una canción de ella. Nos fuimos entonces para la emisora, donde la recibieron como la gran figura que es, una gran estrella.
¿Qué nos puede contar de los otros artistas?
Hay de todo. Después del viaje, los Hermanos Zuleta se hacían llamar el Vallenato Nobel. También encontramos a Pablito López, considerado el mejor cajero del mundo, hablamos con Carlos Rojas sobre como viajó por accidente con el grupo llanero Los Coperos del Tranquero, porque era el único artista que ya tenía pasaporte y podía reemplazar al titular, que no pudo viajar, y hoy es un grande con su grupo Cimarrón.
Definitivamente el documental no agrede a nadie, ni siquiera al embajador colombiano que no estaba muy acuerdo con la iniciativa…
Yo creo que de alguna manera el temor era justificable en ese momento porque no se sabía cómo los iban a recibir. Todo el mundo tenía miedo. Lo que llama la atención y lo que hace que todo tenga un final amable es que se arrepintieron. Después que atacó tanto el viaje y la delegación, D’Artagnan publicó otra nota diciendo que “fue un acierto”, y Margot Ricci, que hasta se burló de los zapatos negros de Gabo, dice ‘yo soy inocente, mi función era dar garrote”. Considero que ver las cosas a posterior siempre es más fácil. Lo que hay que entender es que también había rivalidades ideológicas, resentimiento político, clasismo. Todo eso siempre ha sido un lastre en nuestro país y en ese entonces había mucho de eso.
¿Cuánto tiempo les tomó el rodaje?
La grabación duró alrededor de un año, pero no de una manera continua, porque era muy difícil cuadrar la agenda de todas las personas. A excepción de los Zuleta, la mayoría de la gente se encontró muy dispuesta a salir y encontramos muchas cosas en el camino. Fue un viaje en el tiempo y en la actualidad de los personajes, también es un viaje a la memoria. Hicimos también muchas entrevistas en pareja, para que se acordaran entre ellos. Terminamos a finales del 2017.
Cuando Colombia se volvió Macondo es entonces un viaje en el recuerdo…
Sí, es un viaje en el recuerdo y muchas veces, como decía Gabriel García Márquez, la vida es como se recuerda al contarla. Eso nos sucedió varias veces en el documental, cada uno recordaba las cosas de manera distinta y por eso nos tocó sacrificar material, porque todos tenían una opinión diferente. Yo era más partidario de poner esas contradicciones, pero Gloria es más rigurosa. Yo pensaba que tenía que ser algo muy loco.