Registran con preocupación el aumento de mujeres y estudiantes en el mundo de las drogas que deambulan por las calles de la capital huilense.
Redacción
De los 317 habitantes de calle caracterizados en Neiva, un número importante pertenece a jóvenes del Huila. Así lo evidencian los brigadistas del programa Casa de Apoyo al Habitante de Calle, que en el último año registran con preocupación el aumento de mujeres y estudiantes en el mundo de las drogas que deambulan por las calles del municipio.
“Desafortunadamente y muy triste para nosotros como programa fue encontrar personas jóvenes en estas circunstancias. Tenemos casos de jóvenes que vienen de municipios y de fincas cafeteras que han entrado este mundo peligroso y ya no ven cómo dar marcha atrás. En nuestras brigadas nos confiesan que su labor no es recompensada con dinero sino con drogas, lo que les ha generado una dependencia de la cual ya no pueden salir”, aseguró Tulia Inés Cantillo Álvarez, coordinadora del programa Casa de Apoyo al Habitante de Calle.
Otros casos evidenciados en los recorridos son de estudiantes que luego de las clases se sumergen en zonas de consumo y en sus testimonios cuentan la insistencia de los jíbaros para el consumo de todo tipo de drogas, situación que muchas veces sus padres no advierten por sus extensas jornadas de trabajo y baja comunicación con los jóvenes.
“El llamado a los padres de familia es calidad de tiempo, rescatar la cercanía con los jóvenes, porque cada día se ve más tentado, más atacado por los jíbaros, por el mismo narcotráfico. Esta situación se creció y la persona que distribuye ya no respeta empresas, colegios, parques, escuelas de fútbol; los esperan para ofrecerles las drogas en sus diferentes presentaciones. Prevenir el consumo de drogas entre los jóvenes es mejor que lamentar verlos inmersos en ese mundo”, agregó la funcionaria.
“De la mano de las brigadas en las calles de Neiva, estamos trabajando con empresas en las que brindamos charlas con las personas que laboran en ellas, que en su mayoría son padres de familia que trabajan todo el día y que muchas veces no saben de las actividades de sus hijos. Lo que hacemos es advertirles de los peligros que corren sus hijos, de la importancia del tiempo y revisión de lo que hacen en internet o en su tiempo libre. El riesgo de jóvenes consumidores es que son los futuros habitantes de calle, podemos ver que está creciendo esta población, los jóvenes estudiante no tienen conciencia del demonio que han dejado entrar a sus vidas”, concluyó Cantillo Álvarez.