“No hemos nacido para nosotros, sino para hacer el bien a los demás”: Capitán John Smith
Especial Noticias Al Sur
El Movimiento Scout como etapa en la vida de un niño o adolescente, es la manera en la que como individuos en formación pueden obtener las habilidades sociales que en su etapa adulta los harán tener bases fuertes en su carácter, haciéndoles personas y ciudadanos con criterios definidos, provocando que sus acciones y su relación con la sociedad sea benéfica tanto para el joven individualmente como para la comunidad que lo rodea.
De acuerdo al fin del Movimiento, la formación básica de un Scout está en los diez puntos de la Ley Scout, las virtudes y los principios, los cuales son Dios, Patria y Hogar, a partir de estos últimos ilustraremos lo que es el escultismo frente a la formación de los muchachos.
El primer principio que se nombra es el de Dios, pero es válido aclarar que el Dios para un Scout no es uno solo, son muchos o ninguno ¿qué se quiere decir con esto? Se quiere decir que para el escultista es muy importante saber que hay un ser superior, una guía espiritual que puede ser el complemento en muchos momentos de la vida, y que sin importar cuál sea la creencia, es importante y se está en el deber de ser tolerante con la diferencia.
El segundo principio es el de la Patria. ¿Qué es la Patria? Pues en el término amplio, es el territorio sumado a las instituciones que lo componen las cuales generan en los jóvenes ciudadanos sentimientos de pertenencia y arraigo con esas costumbres y tradiciones propias de cada una, pero para el Scout el termino Patria va aún más allá, haciendo que el deber y el sentido patrio se vea reflejado con el apoyo y la acción directa dentro de las instituciones, siendo actores y no solo espectadores en el devenir diario de a lo que una patria se refiere.
En cuanto al último principio, el Hogar, se hace referencia a un noble ideal en la formación de un joven escultista, el cual hace referencia a que el Scout debe ser responsable en su casa, con su familia y con su círculo más cercano, siendo un individuo íntegro y en búsqueda de mejorar primero para luego poder ayudar a los demás, sin esperar recompensa más allá de cumplir con el deber como hijo, padre o hermano y luego como ciudadano, estando totalmente enlazado con los demás principios del movimiento.
Entonces, de acuerdo a los principios Scout, el contacto con jóvenes de todas las edades, desde los pequeños lobatos que empiezan a los seis años en el escultismo, hasta los rovers, los jóvenes más maduros del movimiento, ya que los que conforman esta etapa en Colombia ya cuentan con dieciocho años cumplidos, siendo mayores de edad legalmente, añadiendo también que los muchachos provienen de diferentes estratos socioeconómicos y puntos geográficos del país; todo este conjunto, hace que el escultismo como grupo formativo, favorezca la interculturalidad, es decir el diálogo y la concesión entre las muchas culturas y formas de vivir y expresarse en la vida, siendo enriquecedor en la formación de las relaciones interpersonales de los jóvenes ciudadanos, ahí es acertado citar el cuarto punto de la Ley Scout:“El scout es amigo de todos y hermano de todo Scout”.
Con lo anterior, se demuestra la articulación entre los puntos de la Ley Scout y los principios que promulga el movimiento. De esta manera, el escultismo es una herramienta vigente para la formación de las futuras generaciones, haciendo cultura de paz y tolerancia, haciendo bases en el trabajo en equipo sin distinciones de ningún tipo y proyectando a los jóvenes a una sociedad donde los conflictos se resuelvan de maneras pacíficas.