En el abandono, así se encuentran cientos de abuelos en los diferentes hogares geriátricos de la capital opita. Muchos de éstos añoran sus años de amores, familia y libertad.

Por: Gabriel Segura
Especial Noticias al Sur
En Colombia ser adulto mayor es una condición difícil y más cuando no se cuenta con recursos económicos. A diario nos encontramos con historias de ancianos abandonados, maltratados y que pueden fallecer en un andén de la calle.
Por ello, decidimos visitar estos hermosos abuelitos para compartir con todos un rato y conocer más a fondo sus vidas y anécdotas. Así que me dirigí a un hogar geriátrico de la ciudad de Neiva llamado “La alegría de los abuelos”.
La ironía de la vida afecta en todos los aspectos el hecho de ser un viejo, pues ser un patriarca en este nuevo siglo es sinónimo de abandono, penas y tristezas. La transcendencia del humano que en un tiempo fue de servicio, se resume hoy en el olvido.
Al llegar la emoción por parte de estos abuelos fue evidente, pues de manera cortés se acercaron a saludarnos. Seguidamente la directora del hogar salió a recibirnos y darnos un recorrido por las instalaciones.
Fue muy bonito ir saludando a cada abuelo que veía por diferentes lugares del hogar pero a su vez, nos impactó observar su estado de ánimo y lo que reflejaban sus rostros. Cuando me dirigía hacía el patio me encontré con unos abuelitos que estaban sentados en grupos, por lo que no dudé ni un segundo para acercarme a ellos y conversar un rato.

En el olvido
Entre el grupo estaba Calixto Ramírez Dussán, un abuelo de 88 años, quien manifestó que lo único especial que ha tenido en su vida ha sido su esposa, la señora Mercedes Torres, pues recuerda aquellas épocas cuando empezó desde muy niñito a conquistarla.
“Entre recochas y brinconerías fue conquistándola. Los dos estábamos muy niños, pero desde entonces comenzó nuestra historia de amor”, recordó Ramírez Dussán.
Lo que inició como un juego de niños terminó con el pasar de los años convirtiéndose en algo serio y en un compromiso total. También recordó que la señora Mercedes era una mujer única e inigualable, que pese a haber sido analfabeta contaba con una hermosa personalidad.
Con lágrimas en los ojos, nos confesó que para él es muy triste y dolorosa la partida de su amada.
“Es un dolor muy profundo, era la única mujer que amé en la vida. Fue una mujer que no igualé con ninguna, el amor que ella me dio, lo defino como un amor puro y sincero”, señaló el abuelo.
A pesar que él también es analfabeto, por no haber tenido los medios para estudiar, es una persona de buenos sentimientos y valores, inculcados desde su casa.
Desde muy pequeño Calixto comenzó ayudar a su padre con las labores del campo. “Fue duro llevar esa vida, cogiendo café, sembrando fríjol, desyerbando y demás”, dijo Calixto.
Además nos contó que fruto del matrimonio con la señora Mercedes, quedaron cuatro hijos, quienes le dieron la espalda cuando más los necesitaba. A sus hijos la última vez que los vio fue el día que lo dejaron en el hogar geriátrico, por lo que le pide a Dios que se lo lleve pronto para encontrarse nuevamente con su esposa.
Así como el abuelo Calixto, existen muchos ancianos en Neiva y en el país, que están en total abandono por sus seres queridos.Situaciones lamentables como estas nos llevan a reflexionar sobre el cuidado y el amor que debemos tener con nuestros adultos mayores.