Alvaro Ladino Paque
Pensar que el futuro de las urbes depende de un vehículo de dos ruedas, es un acto osado y utópico. Dicha prospectiva no pretende desconocer otras buenas prácticas y tendencias urbanísticas socioambientalmente sostenibles con el crecimiento de los núcleos hoy, sobre todo cuando estos giran cada vez más, alrededor del ascensor y de los automóviles, haciendo para muchos la vida aparentemente fácil. Aun así, la movilidad continúa siendo un dolor de cabeza colectivo.
No está de más quemar calorías y ejercitar varios músculos o relajarse del estrés (propio del contexto citadino y hasta cosmopólito) en un plácido plan dominguero, en bicicleta. Medio, que además causa beneficios en la vía: reduce considerablemente los niveles de accidentalidad y mortalidad, descongestiona las calles y los tumultos de personas en los sistemas de transporte masivo.También hace más vivible los espacios comunes, armoniza los parques, los paraderos,las actividades de recreación entre familiares y amigos.Igualmente es íntegramente compatible con la ecología, como no lo son, la mayoría de los elementos que empleamos, entre estos, el celular, los electrodomésticos, los dispositivos en general. No quema combustible, no genera contaminación auditiva. Qué bueno sería decir adiós al detestable ruido de los pitos de los carros y las motos en los semáforos y trancones.
Vale la pena resaltar el Proyecto de Ley Probici que han venido promoviendo las congresistas Claudia López y Angélica Lozano, y que actualmente cursa en el Legislativo. La Iniciativa busca, entre otros puntos, garantizar medidas concretas que estimulen, por ejemplo,a quienes lleguen a sus trabajos en este mecanismo de transporte, con beneficios laborales. Asimismo pretende, que se adecúen en los edificios de las entidades oficiales, parqueaderos exclusivos. Muy bueno los hubiera públicos y gratuitos,para quienes no sean funcionarios del Estado, esto es, al ciudadano de a pie y de bicicleta (literal). Aplaudible que por fin haya una Norma que pueda poner en cintura a los gobernantes locales que se hacen los locos a la hora de invertir delos presupuestos municipales y departamentales, en este tipo de escenarios.
En materia de seguridad, en Neiva se reportan cuatro velocípedos como robados al mes. Estamos por encima del promedio nacional, que es de 2,2; sin contar los casos que no se denuncian.Por eso urge el acompañamiento de la Policía, como prenda de motivación a la gente que le gusta pedalear y ha dejado de hacerlo por miedo. Que no esté únicamente en las caravanas organizadas por la Alcaldía, la misma que prometió construir 60 kilómetros de trayectos. Promesa de campaña a la cual haremos seguimiento, porque necesitamos bicicarriles sombreados que conecten todas las avenidas.
Quiero terminar diciendo que para complementar lo anterior, el gobierno nacional debe flexibilizar todo lo que tenga que ver con la producción de energías limpias; que se elimine –para la muestra-todo impuesto existente por utilizar paneles solares, otra gran alternativa.El día que tomemos conciencia, las bicirrutas no se verán tan vacías, tendrán realmente prioridad el peatón y el biciusuario. Habrá más tolerancia, valoraremos nuestra salud, la metrópoli, el planeta y las futuras generaciones.
¡A montar en bicicleta!