Por partida doble, el departamento del Huila realizó una conmemoración de las víctimas de grupos al margen de la ley. En los municipios de Gigante y Saladoblanco se dieron cita autoridades gubernamentales, eclesiásticas, educativas, Fuerza Pública y población en general para realizar actos simbólicos en honor a sus seres queridos.
Las víctimas han manifestado la necesidad de reconocimiento público de los hechos ocurridos porque a través de su testimonio rescatan la historia y recordando es la manera de que estos actos de violencia no se vuelvan a repetir y no se presente una revictimización. Así lo manifestó Heidy Yohana Herrera, psicóloga y enlace municipal de víctimas de Gigante.
Tal es el caso de Sangli Canchón, quien tomó la palabra con mucho valor en el acto de Gigante y narró “desde su corazón”, que es víctima de desplazamiento forzoso. “Salí el 6 de febrero del 2006 de Algeciras. Lo que quiero dar a conocer a todos ustedes no es el sufrimiento que se ha vivido sino la capacidad de salir adelante, de poner un punto final a esta guerra que muchos hemos sufrido, quiero ser ejemplo para nuestra comunidad, para que podamos seguir trabajando. Venimos de partes campesinas y es difícil perderlo todo, salir sólo con sus hijos de la mano y volver a empezar de cero”.
Cuando salió de su hogar tenía 23 años, estaba embarazada de su segunda hija; sus seis hermanos y ella tuvieron que abandonarlo todo porque a su padre las Farc lo sacaron de la finca, lo asesinaron y lo dejaron a orillas de una carretera, luego visitaban insistentemente sus predios.
Testimonios como el de Sangli tiene en cuenta Edna Johanna Cruz, coordinadora de la oficina de Atención a Víctimas, Paz, Derechos Humanos y Postconflicto en el Huila, quien resalta que esta conmemoración permite jamás olvidar el dolor de los huilenses, “celebramos este tipo de actos porque tendremos la oportunidad de recordar la historia y tener la esperanza de que no se vuelvan a repetir. Estamos en pro de las víctimas, son 193.000 registradas en el Departamento y seguiremos trabajando por ellas”.
Dentro del acto conmemorativo se realizaron actos simbólicos en honor a las víctimas del conflicto armado como la develación de la obra de arte del maestro Emiro Garzón, ofrendas florales, acompañamiento de bandas estudiantiles y liberación de globos, que de manera emblemática permitieron dejar partir el dolor de quienes quedaron, haciendo su duelo, perdonando sin olvido para dejar un territorio diferente a las nuevas generaciones.
De esta manera los opitas siguen rindiendo tributo a todos aquellas madres, hijos, hermanos y niños que murieron en medio de la guerra y que serán recordados por descendencias para que los colombianos conozcan su historia y trabajen en pro de un país mejor.