La gente del café en el Huila es dedicada y está comprometida con su producto. Se ha desarrollado una cultura de calidad asociada con el trabajo duro y casi artesanal asociado con la obtención de un café sobresaliente, de calidad superior.
Consejo de Redacción.
En el año de 1920 la producción anual de café en el Huila era de 15 mil sacos, de 62 y medio de kilos, empezaba a manifestarse la industria del café un poco difícil y costosa, pero promisoria. En 1941 la producción cafetera ascendió a los 45 mil sacos y en 1970 la extensión de café en el Huila era de 47 mil hectáreas, considerando que el departamento tenía un potencial de tierras aptas para el café y que podrían incrementarse hasta 15 veces, entonces solo se registraban tres municipios cafeteros: La Plata, Tello y Pitalito. En 1980 se registraron cambios en la economía, ya que la superficie cultivada se había elevado a 52 mil hectáreas, ahora los principales municipios productores eran Garzón y Pitalito, manteniéndose el Valle de Labopyos como el más cafetero.
Antes la gente sembraba café para sostenerse con el producto de la cosecha, hoy se ha convertido en el mejor negocio del país, incluso, los caficultores huilenses le arrebataron el liderazgo cafetero a departamentos como Caldas, Quindío, Risaralda y Antioquia, pasando a encabezar el pódium del territorio con mayor producción de café en Colombia. El Departamento se ratifica como el primer productor de café con una producción superior a los 2 millones 800 mil sacos, convirtiéndose en el líder nacional del grano, logrando, igualmente, la más alta calidad con cultivos especiales.
Hoy en día, el Café del Huila es uno de los más reconocidos cafés regionales de Colombia. Crece en medio de las cordilleras Central y Oriental de la cordillera de Los Andes. Se caracteriza por presentar una impresión global balanceada, con notas dulces, acidez y cuerpo medio/alto, fragancia y aroma intenso, con sensaciones frutales y acarameladas, lo que ha forjado su reputación nacional e internacional durante largo tiempo. Características de calidad debidas esencialmente a su origen, que fueron fundamentales para que el 16 abril de 2013 la Superintendencia de Industria y Comercio, declarará la Denominación de Origen Protegida a CAFÉ DEL HUILA. Esta protección cobija al café cultivado en los municipios cafeteros de ese departamento.
Del árbol a la taza
El arduo trabajo que implica llevar un café de calidad del árbol a la taza permite entender la importancia de todos los procesos donde interviene el productor para obtener el café con las características de calidad con las que se distingue nuestro café. Las labores de recolección y post cosecha las realizan los mismos productores, garantizando un compromiso especial con el producto que sale de su finca. En consecuencia, gracias a esta interacción se ha desarrollado una cultura de calidad asociada con el trabajo duro y casi artesanal asociado con la obtención de un café sobresaliente, de calidad superior. La gente del café en el Huila es dedicada y está comprometida con su producto. Y esta visibilización, la afirmación de estos valores, son los motivos que nos motiva a decir que la Cultura Cafetera, fue el Personaje del Año que termina para la Redacción del portal informativo www.noticiasalsur.co
No solo por la importancia que tiene el café para el bienestar económico y social de nuestra región. Esta cultura cafetera, uno de sus mayores valores, ha pasado de generación en generación y hoy sus jóvenes siguen este modelo de vida, como esperanza de futuro. Esta cultura se está visibilizando en los cafés que se han abierto en Pitalito, Garzón y Neiva principalmente en donde todo es distinto y novedoso. No son las tiendas de cafés de arrieros paisas que tanto se popularizaron hace unos años, sino tiendas especializadas, modernas y dinámicas en donde se han introducido una variedad de preparaciones de café como el capuchino, los frappés, el mocca y otras bebidas con base en el café expreso para cautivar a los más jóvenes.
Poco a poco se fue extendiendo la fiebre del café a las cadenas de comidas rápidas, donde es cada vez más común encontrar cartas de bebidas calientes. Se hace honor al café y sus diversas formas de consumirlo. A fin de cuentas, sin importar sus propiedades o su sabor, alrededor de una taza de café los colombianos construyen su identidad, socializan y además edifican el futuro. Y que mejor que celebrar nuestro café, que invitándolos a tomarse un “tintico” en su café favorito.
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