Por tercera vez en menos de seis años se hará una Reforma Tributaria contra los intereses de las clases menos favorecidas, cuando por otro lado se quiere sacar adelante un Acuerdo de Paz.
Antonio Germán Castañeda H.*
Especial Boletín Económico
Si algo hay que demuestre la imprevisión y la falta de planeación por parte de un Gobierno es la inestabilidad tributaria. Para un país que en lugar de crecer en materia económica, se hunde en la pobreza, la desigualdad, el atraso en el campo y el sector agrícola en general, así como en la industria y que vive en medio de la mayor ola de corrupción y desequilibrio, cambiar las condiciones de tributación para empresarios, trabajadores y contribuyentes en general es preocupante.
Por tercera vez en menos de seis años se hará una Reforma Tributaria contra los intereses de las clases menos favorecidas, cuando por otro lado se quiere sacar adelante un cuestionado Acuerdo de Paz.
El Gobierno Nacional teme que las reformas que se van a introducir a partir del próximo año en esta materia generen una protesta en cadena de muchos sectores económicos y de la población en general, cuando se conozcan los verdaderos efectos de la próxima reforma tributaria, razón por la cual se ha abstenido de dar a conocer la propuesta y sus pilares definitivos, dejando para fin de año su presentación y aprobación que no va a dar tiempo a los sectores más perjudicados para discutir y cuestionar el proyecto.
Teme el Gobierno tener tropiezos para obtener la mayoría del SI en el Plebiscito por la Paz, cuando el ciudadano común y corriente de las clases media y popular sepa el verdadero alcance y lo que significará en el costo de vida y en las ya menguadas finanzas personales, esta reforma.
Si bien en cierto que las finanzas del Estado están en crisis, también es cierto que no se puede tapar el
hueco fiscal, llevando a los sectores de menos ingresos a pagar este desfase.
Como decía el humanista Héctor Abad Gómez, la paz no se logra asesinando soldados y guerrilleros, pero tampoco se puede pretender conseguirla, reduciendo con más impuestos los pocos ingresos de las clases media y baja del país, es decir, con el hambre y la pobreza de la mayoría.
Polémicas propuestas
Para una ilustración más clara de las polémicas propuestas que puso sobre la mesa del Gobierno, la mal llamada Comisión de Expertos para la Reforma Tributaria, veamos algunas de ellas, de las cuales saldrá, como siempre, la fórmula final en contra del bolsillo de los colombianos, con las cuales de ninguna manera saldrán afectados los Ardila Lule, Santodomingo, Sarmiento Angulo, Pedro Gómez, Santos, Uribe, Gaviria, Cárdenas, Banqueros e inversionistas extranjeros.
1. Alza General del IVA.
Incremento general del IVA del 16% al 19%, (3 puntos) lo que automáticamente aumenta el precio de todos los bienes y servicios que diariamente requerimos para consumo familiar, porcentaje que anulará el incremento salarial del año 2017.
2. Gravar la canasta familiar.
Reducir la lista de bienes actualmente sin IVA y en consecuencia, gravar productos de la canasta familiar sin discriminación y que los estratos 1 y 2 muy difícilmente logran comprar, aplicándoles una tarifa del 5% a: frutas, hortalizas, leche, queso, maíz, arroz, huevos, pescado, carne y camarones. Subir del 5% al 10% el chocolate, el aceite, el trigo y la mortadela, entre otros.
Aumentar el impuesto al consumo que afecta el popular corrientazo.
3. Gravar la tecnología para la educación.
Plantea gravar con el 10%, elementos de difícil consecución para estudiantes que luchan por tener acceso a la educación, como son los computadores personales, la internet, bases de datos y dispositivos móviles, entre otros.
4. Gravar otros servicios básicos.
Se golpea además a las clases media y baja (estratos 1,2 y 3) con una nueva tarifa a servicios básicos, como gas natural, biodiesel, etanol y el transporte de carga.
5. Finanzas familiares.
El golpe a las finanzas familiares se concreta con el 19% del IVA para aguas minerales, peluquerías, software, cobros del sector financiero (que no lo pagan los bancos) y medicina prepagada.
6. Fin de las cooperativas.
Desaparecerían las cooperativas que representan un alivio para las clases populares cuando requieren préstamos más económicos para solucionar problemas de familia. Pasan a pagar impuesto como cualquier sociedad con ánimo de lucro.
7. A pagar pensionados y trabajadores de bajos ingresos.
Le parece a la Comisión de Expertos y al Gobierno que el alza en la tarifa de renta para los empleados y trabajadores es muy baja y que debe incrementarse más, razón por la cual no ven inconveniente en sugerir que quienes ganen más de $ 1´500.000, empiecen a pagar impuesto de renta. Entre los pensionados empezarían a pagar quienes devenguen de 2 salarios mínimos en adelante, es decir más o menos sobre $1´400.000 mensuales en el año 2017.
8. Un solo impuesto de Renta.
Desaparecer el CRE, Renta y Riqueza y crear un solo impuesto, pero subir las tarifas.
9. Habrá también aumentos en bases y tarifas de los principales impuestos en los departamentos y en los municipios que igualmente afectarán la economía familiar.
Se reflejan aquí las exigencias del Fondo Monetario, el BID y la OCDE.
Reforma inhumana
¿Cómo pretender entrar al Club de los más ricos que es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cuando el 80% de la población, está sumida en la mayor pobreza?
Esta reforma es inhumana, pues pretende equiparar la economía del pueblo colombiano con la de los países ricos, en donde el nivel de ingresos permite una elevada tasa de participación en el esquema tributario. ¿Qué otro golpe puede esperar el pueblo colombiano después de lo anterior?
Si bien el proceso de paz es una necesidad para el país, el Gobierno no debe descuidar la solución de otros problemas que nos agobian y para los cuales debería actuar con la misma diligencia y dedicación que tuvo en este caso y no lo aplica para mejorar la salud, la educación y reducir la corrupción.
Las anteriores reformas tributarias no han logrado diseñar esquemas equitativos y por el contrario sólo han conseguido mantener la concentración de la riqueza y complicar la estructura tributaria, cada vez más ineficiente para encontrar los recursos que demanda el grave problema social, con lo cual de paso olvida los objetivos de desarrollo y mantiene un modelo basado en el absoluto dominio de los monopolios económicos.
Entonces, ¿cómo se va a lograr la verdadera paz que dan la prosperidad y el desarrollo, sin hambre, sin pobreza, sin desigualdades, como ordena la Constitución?
Capitalismo salvaje
El modelo económico que nos siguen recomendando a petición del presidente Juan Manuel Santos entidades tan perversas como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para mantener el esquema de capitalismo salvaje, sólo ha agravado un conflicto social que a diario vivimos en Colombia, reflejado en la pobreza, la desigualdad, la delincuencia popular, el atraso del campo y de la industria, la mala prestación de servicios de salud y educación y por sobretodo, la corrupción ejercida ya abiertamente por los de ‘cuello blanco’.
Se pretende obtener de una sola vez, recursos para inversión social que se ha visto afectada con la disminución de los ingresos fiscales, pero además los que financiarán el Acuerdo de Paz por más de 30 billones de pesos, así como cualquier país se quiebra y lo único que genera es más violencia y atraso.
*Ex secretario de Hacienda y DIAN
FOTO Justicia Tributaria