Se requieren $190 mil millones para reducir y mitigar el riesgo en Huila

Se requieren $190 mil millones para reducir y mitigar el riesgo en Huila

Detectan las localidades más propensas a que se presenten avenidas torrenciales(popularmente conocidas como avalanchas), posibles inundaciones, remoción en masa (deslizamiento), entre otras amenazas.

Redacción
Un total de 18 municipios del Huila cuentan con Estudios de Amenaza, Vulnerabilidad y Riesgos- AVR, diagnósticos que ha realizado la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena-CAM, y que permiten identificar las principales amenazas que tienen las cabeceras urbanas y las poblaciones rurales del Huila.
Dentro de los alcances de estos estudios se encuentran los mapas de amenaza, vulnerabilidad y riesgo como instrumento de planificación municipal; la identificación y caracterización de las comunidades en riesgo no mitigables (que deben reasentarse); y las comunidades en riesgo mitigable (que necesitan reducir el riesgo a través de obras de mitigación).
Así mismo, estos AVR contienen los diseños y presupuestos detallados de las obras que deben ejecutarse para reducir el riesgo de las comunidades y la información necesaria que les permite a las administraciones municipales tomar las acciones necesarias para la gestión integral del riesgo de desastre.
“Desde la CAM hemos sido muy insistentes en que la situación de la gestión del riesgo del Huila es bastante crítica. Nosotros hemos venido adelantando unos procesos de conocimiento sobre los escenarios de riesgos existentes en algunas zonas del departamento mediante los estudios de Amenaza, Vulnerabilidad y Riesgo conocidos como AVR, en los cuales se evidencia que buena parte de las cabeceras municipales se encuentra con algún nivel de amenaza y vulnerable ante esas amenazas lo que las coloca en situación de riesgo”, explicó Carlos Alberto Cuéllar Medina, director de la CAM.
Cuéllar Medina insiste en que los diagnósticos que adelanta la Corporación no se realizan con el propósito de desplazar comunidades, sino por el contrario, lo que se busca es generar conocimiento y evitar pérdidas de vidas humanas.
“Lo que generamos con este conocimiento es la priorización de unas necesidades en obras importantes que permitan mitigar esos escenarios de riesgo. Hay que decir claramente que el riesgo que puede existir en un área determinada puede ser mitigado mediante obras, que por su puesto tiene un costo elevado, pero que siempre será inferior a la pérdida de vidas humanas”, enfatizó Cuéllar Medina.
De los 18 municipios del Huila que cuentan con estudios de AVR, 12 ya fueron socializados con las comunidades y las administraciones municipales y seis más se encuentran en etapa de ejecución. Estos diagnósticos permitieron analizar 27 sitios críticos del departamento y estudiar 58 fuentes hídricas del Huila, de las cuales 16 presentan una alta amenaza y generando escenarios de riesgo sobre las poblaciones ribereñas.

Las amenazas
Por ejemplo, en Campoalegre la principal amenaza es una posible inundación y/o avenida torrencial ocasionada por el río Frío y la quebrada Caraguaja; en la localidad de La Plata existe una amenaza por inundación y/o avenida torrencial provocada por el río La Plata y las Quebradas Zapatero y Museñas y en Timaná el riesgo es por avenidas torrenciales y en los municipios de Colombia, Altamira, La Argentina y Palestina la principal amenaza es por remoción en masa (deslizamiento).
En general las localidades del Huila más propensas a que se presenten avenidas torrenciales (popularmente conocidas como avalanchas) e inundaciones son Rivera, La Plata, Tello (Anacleto García), Neiva, Pitalito, Campoalegre, La Argentina y Timaná. Entre tanto, los municipios más vulnerables ante la ocurrencia de un fenómeno natural como la remoción en masa (deslizamiento) son Colombia, Íquira, Altamira y Palestina.
Estos estudios han identificado una población que se encuentra en riesgo alto no mitigable por los fenómenos naturales, es decir, 4.130 viviendas que requieren ser reasentadas.
Así mismo, con la realización de estos estudios al detalle, se ha logrado beneficiar a una población cercana a los 295 mil huilenses, quienes ahora cuentan con un instrumento de conocimiento para la gestión del riesgo.

El costo de las obras
De acuerdo al estimativo que arrojaran los estudios de AVR, se requieren más de 190 mil millones de pesos para adelantar las obras y proyectos que permitirán reducir y mitigar el riesgo existente en los municipios del Huila.
“Lo que queremos es generar unos escenarios de diagnósticos en los cuales proponemos unas obras necesarias en las que tienen que entrar a cooperar los gobiernos municipales, Departamental y Nacional, porque estas obras son muy costosas, pero que permiten mitigar las situaciones de riesgo de esas poblaciones. Además, estos estudios permiten tomar decisiones importantes como la construcción de obras de mitigación o finalmente, si las condiciones lo exigen, el reasentamiento de la población, a pesar que con obras de mitigación no se puede minimizar y contrarrestar ese riesgo”, mencionó el Director de la CAM.
“Conocer esa potencial situación de amenaza hace que la gente salve sus vidas y eso es lo que realmente nos interesa. En ningún momento hemos pretendido que, al generar ese conocimiento para la población, las comunidades pierdan su arraigo y su entorno social y económico. Lo que queremos evitar a toda costa es que la población quede en condición de vulnerabilidad y se presente la pérdida de vidas humanas”, sostuvo el Director.

Los POT
Los estudios de AVR han venido siendo socializados a las comunidades y entregados a las alcaldías y Consejos Municipales de Gestión del Riesgo para que estos diagnósticos se incorporen en los mapas de los Planes de Ordenamiento Territoriales-POT.
Para el Director de la CAM, los POT son la carta de navegación de los municipios y allí quedan enmarcadas unas áreas de exclusión en las cuales no puede haber ningún tipo de desarrollo urbanístico.
“Invitamos a las Administraciones Municipales a que se abstengan de expedir cualquier tipo de permiso y que adelanten procesos de control urbano muy rigurosos que evite que la población busque asentarse en estas áreas que presentan algún tipo de riesgo, que usualmente son áreas baldías o no tienen ningún tipo de control; y es allí donde en algunos casos se generan este tipo de desarrollos informales, que a larga generan situaciones de riesgo como lo que se vivió en Mocoa y que no queremos que ocurra en el departamento del Huila”, concluyó Cuéllar Medina.

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