Jóvenes y la ilusión marchita de un empleo.

Jóvenes y la ilusión marchita de un empleo.

Dardo de Hoy

Por Marcos Fabián Herrera

Pasan inadvertidos para las fantasmales estadísticas del DANE. Son inclasificables para las agencias de empleo. Carecen de experiencia para los empleadores. Deambulan por las calles con el novísimo currículo que ostenta la recomendación de algún gamonal de provincia. Son los jóvenes recién egresados de universidades, institutos de garaje y colegios públicos y privados; que con el vigor que se posee en la mocedad, desean estrenarse en el mundo del trabajo.
Es una franja de la población sumida en el consumismo y presa fácil de cuanta tentación seduce, a quienes obligados por la necesidad, se inmiscuyen en los negocios arribistas que fracturan todo código ético y jurídico.
Son los jóvenes neivanos los obligados a entrar en las ceremonias y las reglas de juego que impone la lagartería y el clientelismo. Los he visto rozagantes pavoneándose al lado de renombrados caciques, que luego de utilizarlos en los oficios de volanteo, organización de reuniones y pega de afiches; los desdeñan y los despiden de su séquito de aplausos, con la ilusión marchita de un empleo.
Acostumbrado a cerrar este espacio con preguntas y dudas antes que certidumbres; yo formulo de nuevo un par de inquietudes:
¿Cómo hacer de los jóvenes de Neiva una fuerza vital que los vincule a procesos de creación y renovación ciudadana? ¿Hemos comprendido plenamente los lenguajes que se gestan en quienes deberán recibir la antorcha de una generación agotada y acomodada en el confort?
Todo aquel que se crea poseedor de adultez y mayoría de edad, deberá responder.